lunes, 24 de noviembre de 2008

Sexo Acrobático





SEXO ACROBÁTICO
POR JOSEP TOMÁS
- Hace unos años tuve unos vecinos que cuando tenían relaciones sexuales arrastraban muebles. O eso, o redecoraban su hogar tres veces por semana acompañando de gemidos y gritos de júbilo la mudanza. Es lo que pasa en estos pisos de hoy en día. Da lo mismo que los haya construido un pocero bueno o uno chungo. El aislamiento sonoro no está muy conseguido y, sin comerlo ni beberlo, terminas viviendo en comunidad en el sentido literal de la palabra.



Aunque te dé lo mismo y no pongas especial atención a ruidos o voces, te enteras de todo y la vida de tus vecinos pasa a ser la tuya: cuando tienen amigos a cenar, cuando le han comprado unos patines a la niña, cuando tienen una bronca, cuando van al servicio a visitar al señor Roca... Un poco violento todo, sí.



En cualquier caso, lo que me tenía más intrigado de mis vecinos de arriba era por qué no copulaban en la cama o, ya que utilizaban un mueble (ignoro si siempre era el mismo o si iban cambiando) como plataforma móvil sexual, por qué no le ponían unas ruedas. En definitiva, nunca supe quienes eran (era la típica finca grande en la que vive más gente que en la provincia de Palencia) ni qué aspecto tenían, pero más de una vez estuve tentado en regalarles en plan amigo invisible un columpio del amor y dejárselo en la puerta de casa. Seguro que les habría encantado. A todo el vecindario, también.



Ya lo comentamos hace unas semanas. Hay personas a las que les gusta convertir cada uno de sus encuentros sexuales en un número del Circo del Sol, ya sea porque la naturaleza les ha dotado con una especial elasticidad o porque consideran que nada mejor para vencer la rutina sexual que un doble mortal con penetración. Nada que decir al respecto. A los que nunca se nos ha dado especialmente bien la gimnasia estas piruetas y acrobacias a lo Gervasio Deferr de dormitorio no dejan de sorprendernos. En todo caso, mi más sincera admiración.
Por suerte, algunos departamentos de I+D de algunas empresas tienen una creatividad que les sale por las orejas y una voluntad verdaderamente filantrópica. Ya no hace falta ser un prodigio de la naturaleza para realizar según qué posturas.



En la última feria del juguete erótico de Berlín, llamada Venus, se presentó en sociedad un artículo pensado para todos y no sólo para esforzados acróbatas que simplemente usan la cama para dormir. Se llama 'arnés sexual' y como su nombre indica consiste en un arnés que se coloca sobre los hombros y se fija en el torso permitiendo a la pareja realizar todo tipo de posturas y piruetas, desde el pino puente al salto de la rana, sin cansarse como un burro. Bueno, eso también depende de las dimensiones y el peso de la pareja, pero convendréis conmigo que siempre será más cómodo probar con el arnés que intentar según qué sosteniendo un cuerpo como Iñaki Perurena levanta piedras.



Lo bueno del arnés es que, a diferencia del columpio, no queda fijo en un punto sino que permite tener relaciones en cualquier lugar de la casa, algo que siempre hace ilusión cuando estrenas piso y convivencia con otro ser humano: un día en la cocina, un día en el salón, otro en el lavadero y así hasta llegar al dormitorio (donde realmente se está mejor, la verdad). Y lo más interesante: con el arnés no es necesario armar jaleo ni hacer ruido arrastrando mesas, sillas o cómodas. Todo sea por el bienestar acústico de la comunidad.

martes, 26 de agosto de 2008

Tantra









Un día le toqué el amor propio a una amiga diciéndole que, salvo excepciones, las occidentales tienen una vagina tan musculosa como una chancleta, comparación cuya falta de poesía, si no de pertinencia, confieso. Entendámonos: no estoy acusando a nuestras mujeres. Pues, ¿quién les habla, quién les informa, quién les enseña a desarrollar los músculos de su yoni? ¿Hay que asombrase entonces de que el control vaginal sea rarísimo en Occidente?
Ahora bien, para lograr contacto armónicos en la pareja, para un acuerdo sexual total -sin siquiera evocar el maithuna tántrico-, el control vaginal confiere a la mujer una importante baza de seducción.
Por otra parte, cuando la mujer se toma el trabajo de ejercitar esos músculos, ¿no es justo que se beneficie de ellos lo mismo que su, o sus compañeros? Con más razón si se tiene en cuenta que tal musculatura, elástica y fuerte, presenta ventajas en muchos otros planos: una musculatura elástica y relajada facilita el parto.
Este control vaginal permite también el «lenguaje secreto» que se establece durante el maithuna y, además, Shakti puede ayudar a Shiva a controlarse.
Toda mujer puede -y debiera- fortalecer y controlar su musculatrua vaginal, cualquiera que sea su edad. Seguramente una mujer joven iniciada desde la pubertad, como se hace en ciertas regiones de la India en la que las madres lo enseñan a sus hijas, tandrá una ventaja respecto de una mujer europea que comienza en la edad adulta, pero el control que ésta adquirirá le será beneficioso en todo los aspectos.
Richard Burton escribió, como buen conocedor: «Este control vaginal es la respuesta femenina más buscada. Ella debe cerrar el yoni hasta que éste apriete el lingam como una mano, abriéndolo y cerrandolo a su gusto, como la mano de una gopi que ordeña la vaca. [...] Su marido la apreciará más que a cualquier otra mujer y no querrá cambiarla por la más bella reina de los Tres Mundos».
Sahajoli formaba parte también de la educación secreta de las devadasis -las bailarinas secretas de los templos hindúes- y de las hetairas griegas. Estas últimas debían pasar una prueba, una especie de «examen de ingreso», que consistía en seccionar con los músculos del yoni un falo de pasta de modelar...
Las occidentales modernas que no se han beneficiado con esta educación precoz no las igualarán, sin duda, pero cualquier mujer, a cualquier edad, con un poco de perseverancia obtendrá un resultado muy satisfactorio. Después de todo la vagina es un músculo que se puede fortalecer y controlar, como todos los demás.
¿Cómo proceder? Este método, en resumen muy sencillo, se basa en «mula bandha», que consiste en contraer los esfínteres anales -son dos- y el elevador del ano. Sin embargo, la práctica tántrica exige el mula bandha más elaborado que describo a continuación.

Sentada o acostada, tome conciencia de la región anal, respirando con calma. Después de aproximadamente un minuto, cuanto esté bien interiorizada, contraiga débilmente primero el esfínter anal, el externo. Luego, apretando un poco más, la contracción alcanzará el segundo anillo muscular; por último, contraiga el elevador del ano, atrayendo así los dos esfínteres anales hacia el interior y hacia arriba. Procediendo lenta y gradualmente, se distinguen bien estos tres niveles, incluso desde la primera prueba. Luego, apriete tan fuerte como pueda, hasta hacer vibrar toda la zona anal. Es posible que sienta un estremecimiento que le recorre la columna vertebral. Mantenga esta contracción al máximo sin respirar durante al menos seis segundos. Luego, relaje el bandha, siempre interiorizada en estos músculos. Se produce entonces la distensión de toda la zona y la percepción de la sensación de calor resultante. También se puede, facultativamente, seguir respirando durante el bandha. Repita el proceso a voluntad, cinco veces seguidas como mínimo.
Gracias a este mula bandha enérgico, sentirá que las reacciones desbordan el ano, ganan el perineo, la vulva, el clítoris, la vagina e incluso el útero. Es normal, puesto que los esfínteres de la entrada de la vagina y los del ano forman algo parecido a los dos anillas de un «8»; contraer uno es actuar sobre el otro. Haga la prueba: contraiga uno de los dos anillos del 8 y esté atenta a las sensaciones percibidas en su unión (el perineo), así como en el ano y en la entrada de la vagina.
Como en todos los esfínteres y órganos huecos, la función de los músculos de la vagina consiste en la constricción. Durante el orgasmo, la constricción ondulante y rítmica que recorre el yoni produce allí sensasiones voluptuosas que se propagan al lingam.
Cuando lo sienta usted bien y pueda contraerlos a voluntad, deberá dirigir la atención más en profundidad hasta la vagina, donde se desarrolarán sensaciones nuevas. Gracias a mula bandha, estas contracciones, débiles al comienzo, pronto ganarán en potencia, sobre todo si realiza el ejercicio siguiente.
El Tantra quiere fortalecer los músculos vaginales por medio del ejercicio siguiente, que se hace normalmente en frio, es decir, fuera del contacto sexual y sin excitación erotica. Para permitir una constricción eficaz se reemplaza el lingam por un objeto cilíndrico apropiado: cuanto más se parezca al lingam, mejor prodrá apretarlo el yoni. En rigor, el ejercicio puede hacerse con... ¡un verdadero lingam, en la Vía del Valle, por ejemplo!


En cuanto al objeto, puede ser de un diámetro inferior al de un verdadero lingam; eventualmente, la cánula de un irrigador vaginal, previsto para entrar en la vagina sin irritarla ni herirla, puede servir. Pero es demasiado delgado y distendería poco la vagina. Muchas mujeres utilizan un vibrador de los que se venden en las sex shops. Si el yoni esta demasiado seco, humedezca el sucedaneo de lingam con un gel ginecologico de venta en farmacias pero jamás con una grasa. Con el cilindro insertado en la vagina es fácil sentir los músculos y concentrarse en ellos.
Evidentemente el ejercicio debe hacerse acostada de espaldas. Con el objeto colocado en la vagina, contraiga al máximo los dos esfínteres anales para apretar fuertemente el lingam. Mantenga esta contracción, que implicará cada vez más músculos de la región del ano y genital durante seis u ocho segundos, sin repirar y con los pulmones vacíos; luego reinspire y relaje esos músculos. Después de tres o cuatro respiraciones normales, haga otra vez mula bandha, reteniendo la respiración, pero esta vez con los pulmones llenos. El conjunto forma un ciclo que se repite a voluntad. Variante: inspire, luego haga mula bandha durante tres segundos, espire relajando los músculos durante tres segundos, reinspire, vuelva a hacer mula bandha durante tres segundos, y así sucesivamente.
La duración total es aproximadamente de tres minutos, salvo que se fatigue antes. Lo importante es la regularidad: una pequeña dosis cotidiana vale más que largas sesiones esporádicas. Pronto, con los músculos así fortalecidos, en ocasión de un contacto concreto podrá inaugurar su facultad nueva, haciendo, si así lo desea, que sea una sorpresa para su compañero.



miércoles, 13 de agosto de 2008

Cómo hacer el amor toda la noche y enloquecer a una mujer




"Todas las mujeres sueñan con un amante apasionado y atento con quien podrían compartir su placer durante horas... todos los hombres sueñan con satisfacer ese deseo...." Bárbara Keesling.
En éste fonolibro se detalla cómo convertirse en un hombre multiorgásmico, sin duda es una obra de arte que cambiará la vida de los que sigan sus sugerencias.

miércoles, 6 de agosto de 2008

El arte del masaje sensual





El masaje es uno de los elementos primordiales a la hora de establecer un contacto íntimo, en éste libro el Dr. Andrew Yorke nos guía por una senda de sinuosos elementos sensoriales. Leerlo deparará gratos e inolvidables momentos.

jueves, 24 de julio de 2008

Beso Blanco





Se conoce como Beso Blanco al beso francés que se da una pareja, luego de haber realizado una fellatio, en esta práctica lo usual es que la mujer (caso heterosexual) luego de haber recibido el semen en su boca, inmediatamente busque la boca de su compañero y le pase el semen a su boca mediante un apasionado beso francés, disfrutando de la experiencia hasta quedar diluido el semen entre las bocas. También pueden darse las variantes grupales. Es una práctica que puede perturbar a muchos hombres por algunas consideraciones culturales, pero es una experiencia más y recordemos que si hay consenso entre las parejas, todo es válido.

domingo, 13 de julio de 2008

Beso Negro





El beso negro es la práctica que consiste en estimular el ano con la lengua, se realiza de la siguiente manera: Luego de las medidas higiénicas respectivas, puede rodearse el ano suavemente con la yema de un dedo, haciendo caricias circulares lentamente, si la pareja lo permite se puede introducir una mínima parte del dedo, para luego comenzar a estimular el contorno del ano con la punta de la lengua, hasta llegar al ano en sí, se pasa la lengua lentamente hasta comenzar a serpentearla (se mueve la lengua como una serpiente), situación que creará una sensación elevada de placer en quien recibe el estímulo, debe acompañarse el serpenteo de la lengua de una aspiración de aire simultánea al movimiento de la lengua. Se introduce la lengua dentro del ano, de esta manera, la sensación de placer será extraordinariamente elevada, luego de constatar que la pareja, tenga orgasmos, se aplicará un sonoro beso en el esfínter del ano, cuestión que hará de la situación una experiencia sideral, puede ser un preparatorio para la penetración del pene en el ano.
Se recomienda que si no se conoce el estatus de ETS de la pareja, se utilice un condón para aplicar el beso negro.

miércoles, 25 de junio de 2008

Lluvia Dorada






Se trata de experimentar atracción por la orina o los procesos urinarios del compañero sexual de forma que causan placer y satisfacción sexual actos como, ser orinado por el compañero sexual, orinar sobre la pareja o beber los orines de ésta.

La mayoría de fuentes coinciden en que “es natural que al tratarse de un acto íntimo y privado, provoque cierta excitación observar cuando otro orina”, pero que esta afinidad se vuelve problemática cuando provoca una excitación sexual excluyente, es decir, cuando se convierte en la única manera de obtener un orgasmo. Lo mismo podría afirmarse de cualquier otra variante sexual, e incluso de las opciones más tradicionales: si el misionero es la única alternativa en la que encontramos placer sexual, es muy probable que algo no esté funcionando bien en nosotr@s.

Con la lluvia dorada ocurre algo muy similar a lo que puede encontrarse en exploraciones como el sexo anal, o el sadomasoquismo: más que la práctica en si misma, lo que resulta atractivo es el carácter de prohibido que ésta tiene, la sensación de rareza que produce, el sentimiento de atravesar el límite de lo correcto. Fíjense que no digo que esto ocurra (que la lluvia dorada, por ejemplo, sea un práctica “incorrecta”) sino que en nuestro imaginario se le ha asignado ese lugar, y resulta gratificante transgredirlo. Supongo que es ese placer que produce lo extraño, lo que lleva a much@s a afirmar que “lo hicimos por probar algo nuevo”, o “porque nos parecía muy raro y nos llamaba la atención intentarlo”.

Contrario a lo que podría pensarse inicialmente, la lluvia dorada es una exploración muy común entre las parejas estables, que han logrado alcanzar ciertos niveles de confianza. Por obvias -aunque lamentables- razones, no es algo que se comente a la ligera. Las más de las veces se trata de episodios aislados que les permiten decir “lo hice y me gustó, o no me gustó… pero lo hice”.

Incluso es posible extraer de tan variadas experiencias algunos consejos útiles: si se es quien recibe la orina cerrar los ojos resulta una buena idea; si vamos a ser los que orinamos a nuestr@ compañer@ es recomendable ingerir una buena cantidad de líquido que garantice fluído abundante y claro (éste es menos oloroso); y finalmente, una tina es el lugar ideal para hacerlo, por aquello de que los rastros pueden luego limpiarse con facilidad.


¿Has tenido experiencias sexuales en las que la orina haya tenido algún papel destacado?

sábado, 14 de junio de 2008

Masturbación femenina: trucos y consejos para disfrutarla al máximo





Masturbación femenina: trucos y consejos para disfrutarla al máximo



"Cuando se deja fluir con naturalidad la fantasía al calor de las manos recorriendo el cuerpo en busca de sensaciones que llevan a satisfacer el deseo, se comprende por qué ninguna mujer debería renunciar a masturbarse; no sólo por lo que supone de autoconocimiento sino también porque estimula y ahonda en gran medida el disfrute. En este sentido, reconocidos profesionales del campo de la psicología y la medicina recomiendan el autoerotismo como una de las formas más auténticas y maduras de sexualidad". Alicia Gallotti.

El autoerotismo despierta a edades muy tempranas y se manifiesta en la adolescencia como una intensa tendencia voluptuosa, llevando a experimentar con el propio cuerpo hasta conocer los ocultos resortes de sensualidad que éste encierra.



Así empieza Alicia Gallotti, periodista, escritora y articulista durante más de diez años de la revista Playboy y especializada en temas estrechamente vinculados a las relaciones de pareja, empieza su capítulo 'La Masturbación' de su libro 'Kama-sutra para la mujer. Cómo hacerle perder la cabeza'. Este libro, que ya lleva 12 ediciones y está editado por Martínez Roca, es una obra de referencia sobre las relaciones de pareja que no puede faltar en tu cabecera.

Según Gallotti, si la masturbación se reduce a una simple descarga sexual a solas, la sexualidad se empobrece, ya que masturbarse es siempre placentero y no sólo como sustituto del amante, sino que también es una práctica que relaja tensiones, evita el estrés y contribuye a la serenidad y el equilibrio personales.



Asimismo, comenta Alicia en su libro, enseña y prepara sensualmente para guiar al amante por la ruta del placer a través del propio cuerpo, completando los juegos eróticos entre dos.

Cómo disfrutarla al máximo



Cuando la mujer desea masturbarse, "las manos vuelan enredándose en el vello púbico, demorándose en los pezones, recorriendo la tierna línea que divide en dos las nalgas para alcanzar el rosado anillo del ano, y cada roce es aún más excitante y va despertando mil sensaciones al mismo tiempo", leemos en el Kama-sutra para la mujer.



En este momento el placer gana intensidad y de la vulva empieza a salir un líquido que la lubrica para ayudarte con tus caricias. Según Gallotti, no existe una única técnica para masturbarse sino muchas, que cada mujer ha de descubrir por sí misma y que va alternando o cambiando a medida que se conoce mejor.

"Es muy placentero masturbarte sentada justo al borde de una superficie con las piernas abiertas, lo que permite acariciar el clítoris con una mano y con la otra tocar los senos, percepción que se intensifica contrayendo el músculo PC y dejando por unos instantes el clítoris palpitante para recorrer toda la vulva y notar las sensaciones que se producen en la vagina".



Gallotti nos informa de que "la mujer goza mucho si se recuesta boca arriba sobre la cama, por ejemplo, y coloca una almohada entre las piernas o las cierra estrechamente sobre la caricia de la mano como si apresara los muslos de un hombre; en esta posición todo su cuerpo se mueve sensualmente buscando el roce contra las sábanas o gira hasta quedar tendida boca abajo y apoyando la vulva sobre el dorso de la mano o el antebrazo estimula con movimientos rítmicos el clítoris tenso por la excitación y con los dedos de la otra mano, humedecidos en saliva, unta sus pezones hasta que llega al orgasmo con la respiración anhelante pero plenamente satisfecha y relajada".



Masturbación en soledad



La masturbación en soledad ejercita la imaginación de la mujer, que idea quién está recorriendo su cuerpo con boca y manos. En esta práctica, los juguetes sexuales con forma de pene tienen un papel protagonista: los consoladores. Éstos pueden ser introducidos en el ano o en la vagina. Ella imagina que el hombre es el que está estimulando su cuerpo.



Masturbación en pareja



La masturbación en pareja no es sólo uno de los juegos previos a la penetración, sino uno de los que más intenso placer provocan y probablemente el que mejor contribuye al acontecimiento, dice Alicia Gallotti..



Cuando ella está muy excitada, desea que él se acerque a sus puntos erógenos. "Su cuerpo se mueve para indicarle lo que más la excita, deseando que la caricia rote, gire, suba y baje buscando otros centros álgidos, mientras la lengua lame los senos que ella ofrece anhelante".
"Cuando él sigue masturbándola, ella contrae el músculo PC y siente un placer intenso que se extiende por la vagina hasta llevarla al clímax, y si en ese punto él la penetra, su orgasmo se multiplicará convirtiéndose en varios que, encadenados, se transportan en ondas sensuales por todo el cuerpo, saciando el deseo", leemos en el Kama-sutra para la mujer.



Movimientos y ritmo de la masturbación



Aquí hay que tener en cuenta las diferencias entre sexualidad femenina y masculina. Hasta que no está lo suficientemente excitada, no desea ser masturbada bruscamente o a una velocidad intensa (a diferencia del hombre) porque a veces llega a causarle dolor o a insensibilizarla.
Cuando brotan los fluídos vaginales es el momento en que puede crecer la cadencia de la masturbación. "Sin dejar de masturbarla, apoyando el pene erecto entre los labios mayores para seguir acariciándola, lo que da un intenso placer a ambos, que llegan al orgasmo, incluso sin que se produzca penetración", concluye Alicia Gallotti.

lunes, 2 de junio de 2008

El Punto G


Si tu pareja lo logra encontrar y domina su técnica, tu vida sexual habrá cambiado de por vida.
¡Te lo aseguro!
Encontrar el punto G puede ser algo complicado al principio, si no se tiene mucha experiencia pero una vez que se encuentra el lugar y se aprende a dominar la técnica específica de estimulación (que consiste en un movimiento manual con características particulares) se presenciará algo sorprendente en cuanto a la reacción de la compañera.
Ella sentirá una sensación irresistible de orinar, pero muchísimo más fuerte y de manera súbita empezará a derramar un líquido transparente, en forma abundante mientras experimenta fuertes contracciones y un placer nunca antes sentido en esa magnitud, el líquido que brota, si se sigue con la estimulación puede ser eyaculado a grandes distancias por la presión con la que es expulsado (similar a un chorro a presión), en verdad es toda una experiencia límite para la mujer y algo muy satisfactorio para el hombre, es importante destacar que el líquido fluirá mientras la mujer sea estimulada, es decir que el orgasmo en área o punto g , dura mientras a la mujer se le estimule en el punto en cuestión, como es una sensación totalmente invasiva y poderosa, la mujer puede quedar con la sensación de placer local durante un par de días lo que resulta altamente gratificante para ella.

domingo, 1 de junio de 2008

Kama Sutra el libro del placer

Portada de la edición española de Kama Sutra

Contraportada de la edición española de Kama Sutra


Una ilustración interior



Escrito entre los siglos IV y VII, parece que el original sánscrito fue primeramente redactado por Vatsyayana Mallanga, luego completado y redondeado por otros autores.
Bajo el mando de las creencias religiosas y basándose en una ética profundamente estudiada en las relaciones amorosas entre los seres humanos, el Kama Sutra, que se ha calificado como un libro esencialmente erótico, constituye una obra de consulta para todos sobre el arte del bien amar.
En verdad es el libro del arte de amar en toda su dimensión, un tratado acerca del placer y sus variedades, contempla múltiples aspectos para quien se quiera adentrar en las profundidades del arte amatorio, es una búsqueda del placer más allá de los límites de los convencionalismos.



Da rienda suelta a tu imaginación y fantasías con estas posturas que te proponemos:

1. El cartero: La mujer está tumbada sobre la espalda, las nalgas en el borde de la cama. El hombre se encuentra arrodillado en el suelo sobre unos almohadones o de pie y la penetra acariciándole los senos y el clítoris. Esta posición puede hacerse también sin el movimiento de vaivén, la mujer atrae hacia ella a su pareja, envolviéndole con sus piernas entrelazadas. Posición muy excitante: ella siente las pulsaciones de la pelvis y él las contracciones de la vagina.

2. La amazona: El hombre se encuentra cómodamente sentado sobre una silla. La mujer se monta a horcajadas sobre él. Mientras que ella hace movimientos de vaivén, él le mordisquea los senos y guía los movimientos con sus manos. Esta posición es original y estimulante.

3. La adoración: Ella a cuatro patas apoyada cómodamente sobre sus antebrazos. Él, de rodillas la penetra por detrás. Esta postura clásica resulta muy placentera para los dos. En efecto, permite un penetración profunda que estimula las paredes de la vagina y el punto G de la mujer, además él puede acariciar al mismo tiempo el pecho y el clítoris de su pareja. Esta postura procura igualmente al hombre un punto de vista muy excitante, permitiéndole satisfacer sus fantasías de dominación. Algunas mujeres se pueden sentir un poco humilladas con esa postura. A otras puede producirles dolor.

4. La libélula: Ambos tendidos de costado, en un lugar cómodo y flexible, como la cama. Ella de espaldas a él, los cuerpos amoldados... En un alarde de destreza, la mujer pasa su pierna externa flexionada abriendo la puerta al placer: el hombre la penetra haciendo palanca con la pierna de ella, que se apoya en la cadera de él. Los secretos que el hombre puede propiciarle a su compañera por la cercanía de su oreja son el condimento perfecto para alcanzar el máximo de placer. La penetración llega hasta la mitad del camino, por lo que el goce viene de la mano del deseo de que se haga profunda y estalle en el orgasmo más excitante.

5. La profunda: Esta es una posición de penetración total, de allí su nombre. Con las piernas elevadas y abiertas, ella aguarda a que su compañero introduzca el pene en su vagina para calzar sus piernas en los hombros de él, que apoyará sus manos para regular el movimiento. A muchas mujeres puede parecerles complicada, incómoda o dolorosa la visualización de esta postura, pero vale la pena probarla porque ofrece la penetración absoluta y un contacto genital único: los testículos se posan suavemente entre los glúteos y el clítoris se encuentra presionado por la abertura de las piernas. La dificultad para besarse y la distancia de los rostros pueden ser ampliamente excitantes para ambos.

6. La postura más acrobática: No apta para cuerpos entumecidos, esta posición puede parecer incómoda, pero si la flexibilidad lo permite puede resultar muy excitante. El se acuesta relajado y erecto. Ella se coloca de espaldas a él, se hace penetrar, flexiona sus rodillas y se inclina hacia atrás, lentamente para que el pene no se salga de la vagina. Para activar el movimiento necesario para el coito, ella debe levantar su vientre y relajarlo sobre el de su compañero. Él tiene fácil acceso al clítoris y los pechos de su compañera. Ella no puede estar más cargada de ocupaciones, con lo cual no tiene más que relajar el resto del cuerpo hasta acabar más cansada que nunca, lo que hace más excitante el orgasmo. Según el Kama Sutra muchas de estas posiciones están tomadas del hatha yoga, por lo cual pueden resultar difíciles para los no iniciados.

7. La hamaca: El hombre está sentado (preferentemente en una superficie dura, no la cama), con las piernas flexionadas y se toma la parte posterior de sus rodillas. De esta manera, recibe a la mujer que se hace penetrar acomodándose en el espacio que queda entre las piernas de él y su tronco. El presiona con las rodillas el cuerpo de su compañera, la atrae hacia el suyo provocando el vaivén de ambos mientras, por ejemplo, le besa los pechos que están a la altura de su rostro. Una sensación única que recuerda el tierno ir y venir de las hamacas de la infancia.

8. El sometido: El hombre se acuesta cómodamente entregando su placer a la voluntad de su compañera. Aprovechar este juego de sometimiento masculino puede ser un estimulante total para ambos: el encuentro puede empezar con caricias y besos de ella a él, que permanece siempre en la misma posición, para terminar en la penetración profunda que permite la posición, donde ella se coloca de espaldas y controla los movimientos ayudándose de los brazos. Muy erótico para el hombre resulta que ella asome su rostro por sobre su hombro. Además, el hombre tiene un fácil acceso al ano y los glúteos de su compañera, quien puede disminuir la velocidad de los movimientos para disfrutar del estímulo anal o de que su pareja toque sus pechos.

9. La somnolienta: La mujer se tiende de costado y el hombre se ubica en su espalda para penetrarla. Ella estira una pierna hacia atrás y la enrosca en la cintura de él. Ideal para hombres dotados y mujeres flexibles, "la somnolienta" cumple varios anhelos de las mentes fantasiosas: en primer lugar, que ella esté de espaldas a él, y al mismo tiempo acceda a su rostro y cuello. Además, que él tenga cómodo acceso al clítoris y los pechos de su compañera. La apertura de la pierna posterior de ella para recibir al pene y el abrazo de esa misma pierna alrededor del compañero es quizás lo más sexy de esta postura. Anímate!

10. La catapulta: Elevar las caderas, en el caso de las mujeres, es una valiosa fuente de placer, ya que pone en contacto con el cuerpo del hombre áreas de su cuerpo que, en posiciones más tradicionales, no se tocan. En este caso, el hombre se arrodilla y recibe la vagina de su compañera dejando que ella apoye los glúteos en sus muslos. La mujer puede extender sus piernas en el torso del varón o flexionarlas apoyando las plantas de los pies en su pecho. El hombre tiene fácil llegada al clítoris, por lo que puede estimular la zona con las manos y mirar la vagina en primer plano. El ritmo lo marcan juntos, acorde al deseo de ambos y a la flexibilidad de la mujer.
11. El cangrejo: la mujer se acuesta de costado y abre las piernas, el hombre se acuesta sobre su espalda en sentido opuesto a ella, osea mirando sus pies y hace la misma operacion el hombre pasa sus piernas entre las de la mujer y la penetra en esa posicion, ambos abrazan a su pareja con las piernas y se mueven simultaneamente, es muy placentero.