miércoles, 25 de junio de 2008

Lluvia Dorada






Se trata de experimentar atracción por la orina o los procesos urinarios del compañero sexual de forma que causan placer y satisfacción sexual actos como, ser orinado por el compañero sexual, orinar sobre la pareja o beber los orines de ésta.

La mayoría de fuentes coinciden en que “es natural que al tratarse de un acto íntimo y privado, provoque cierta excitación observar cuando otro orina”, pero que esta afinidad se vuelve problemática cuando provoca una excitación sexual excluyente, es decir, cuando se convierte en la única manera de obtener un orgasmo. Lo mismo podría afirmarse de cualquier otra variante sexual, e incluso de las opciones más tradicionales: si el misionero es la única alternativa en la que encontramos placer sexual, es muy probable que algo no esté funcionando bien en nosotr@s.

Con la lluvia dorada ocurre algo muy similar a lo que puede encontrarse en exploraciones como el sexo anal, o el sadomasoquismo: más que la práctica en si misma, lo que resulta atractivo es el carácter de prohibido que ésta tiene, la sensación de rareza que produce, el sentimiento de atravesar el límite de lo correcto. Fíjense que no digo que esto ocurra (que la lluvia dorada, por ejemplo, sea un práctica “incorrecta”) sino que en nuestro imaginario se le ha asignado ese lugar, y resulta gratificante transgredirlo. Supongo que es ese placer que produce lo extraño, lo que lleva a much@s a afirmar que “lo hicimos por probar algo nuevo”, o “porque nos parecía muy raro y nos llamaba la atención intentarlo”.

Contrario a lo que podría pensarse inicialmente, la lluvia dorada es una exploración muy común entre las parejas estables, que han logrado alcanzar ciertos niveles de confianza. Por obvias -aunque lamentables- razones, no es algo que se comente a la ligera. Las más de las veces se trata de episodios aislados que les permiten decir “lo hice y me gustó, o no me gustó… pero lo hice”.

Incluso es posible extraer de tan variadas experiencias algunos consejos útiles: si se es quien recibe la orina cerrar los ojos resulta una buena idea; si vamos a ser los que orinamos a nuestr@ compañer@ es recomendable ingerir una buena cantidad de líquido que garantice fluído abundante y claro (éste es menos oloroso); y finalmente, una tina es el lugar ideal para hacerlo, por aquello de que los rastros pueden luego limpiarse con facilidad.


¿Has tenido experiencias sexuales en las que la orina haya tenido algún papel destacado?

sábado, 14 de junio de 2008

Masturbación femenina: trucos y consejos para disfrutarla al máximo





Masturbación femenina: trucos y consejos para disfrutarla al máximo



"Cuando se deja fluir con naturalidad la fantasía al calor de las manos recorriendo el cuerpo en busca de sensaciones que llevan a satisfacer el deseo, se comprende por qué ninguna mujer debería renunciar a masturbarse; no sólo por lo que supone de autoconocimiento sino también porque estimula y ahonda en gran medida el disfrute. En este sentido, reconocidos profesionales del campo de la psicología y la medicina recomiendan el autoerotismo como una de las formas más auténticas y maduras de sexualidad". Alicia Gallotti.

El autoerotismo despierta a edades muy tempranas y se manifiesta en la adolescencia como una intensa tendencia voluptuosa, llevando a experimentar con el propio cuerpo hasta conocer los ocultos resortes de sensualidad que éste encierra.



Así empieza Alicia Gallotti, periodista, escritora y articulista durante más de diez años de la revista Playboy y especializada en temas estrechamente vinculados a las relaciones de pareja, empieza su capítulo 'La Masturbación' de su libro 'Kama-sutra para la mujer. Cómo hacerle perder la cabeza'. Este libro, que ya lleva 12 ediciones y está editado por Martínez Roca, es una obra de referencia sobre las relaciones de pareja que no puede faltar en tu cabecera.

Según Gallotti, si la masturbación se reduce a una simple descarga sexual a solas, la sexualidad se empobrece, ya que masturbarse es siempre placentero y no sólo como sustituto del amante, sino que también es una práctica que relaja tensiones, evita el estrés y contribuye a la serenidad y el equilibrio personales.



Asimismo, comenta Alicia en su libro, enseña y prepara sensualmente para guiar al amante por la ruta del placer a través del propio cuerpo, completando los juegos eróticos entre dos.

Cómo disfrutarla al máximo



Cuando la mujer desea masturbarse, "las manos vuelan enredándose en el vello púbico, demorándose en los pezones, recorriendo la tierna línea que divide en dos las nalgas para alcanzar el rosado anillo del ano, y cada roce es aún más excitante y va despertando mil sensaciones al mismo tiempo", leemos en el Kama-sutra para la mujer.



En este momento el placer gana intensidad y de la vulva empieza a salir un líquido que la lubrica para ayudarte con tus caricias. Según Gallotti, no existe una única técnica para masturbarse sino muchas, que cada mujer ha de descubrir por sí misma y que va alternando o cambiando a medida que se conoce mejor.

"Es muy placentero masturbarte sentada justo al borde de una superficie con las piernas abiertas, lo que permite acariciar el clítoris con una mano y con la otra tocar los senos, percepción que se intensifica contrayendo el músculo PC y dejando por unos instantes el clítoris palpitante para recorrer toda la vulva y notar las sensaciones que se producen en la vagina".



Gallotti nos informa de que "la mujer goza mucho si se recuesta boca arriba sobre la cama, por ejemplo, y coloca una almohada entre las piernas o las cierra estrechamente sobre la caricia de la mano como si apresara los muslos de un hombre; en esta posición todo su cuerpo se mueve sensualmente buscando el roce contra las sábanas o gira hasta quedar tendida boca abajo y apoyando la vulva sobre el dorso de la mano o el antebrazo estimula con movimientos rítmicos el clítoris tenso por la excitación y con los dedos de la otra mano, humedecidos en saliva, unta sus pezones hasta que llega al orgasmo con la respiración anhelante pero plenamente satisfecha y relajada".



Masturbación en soledad



La masturbación en soledad ejercita la imaginación de la mujer, que idea quién está recorriendo su cuerpo con boca y manos. En esta práctica, los juguetes sexuales con forma de pene tienen un papel protagonista: los consoladores. Éstos pueden ser introducidos en el ano o en la vagina. Ella imagina que el hombre es el que está estimulando su cuerpo.



Masturbación en pareja



La masturbación en pareja no es sólo uno de los juegos previos a la penetración, sino uno de los que más intenso placer provocan y probablemente el que mejor contribuye al acontecimiento, dice Alicia Gallotti..



Cuando ella está muy excitada, desea que él se acerque a sus puntos erógenos. "Su cuerpo se mueve para indicarle lo que más la excita, deseando que la caricia rote, gire, suba y baje buscando otros centros álgidos, mientras la lengua lame los senos que ella ofrece anhelante".
"Cuando él sigue masturbándola, ella contrae el músculo PC y siente un placer intenso que se extiende por la vagina hasta llevarla al clímax, y si en ese punto él la penetra, su orgasmo se multiplicará convirtiéndose en varios que, encadenados, se transportan en ondas sensuales por todo el cuerpo, saciando el deseo", leemos en el Kama-sutra para la mujer.



Movimientos y ritmo de la masturbación



Aquí hay que tener en cuenta las diferencias entre sexualidad femenina y masculina. Hasta que no está lo suficientemente excitada, no desea ser masturbada bruscamente o a una velocidad intensa (a diferencia del hombre) porque a veces llega a causarle dolor o a insensibilizarla.
Cuando brotan los fluídos vaginales es el momento en que puede crecer la cadencia de la masturbación. "Sin dejar de masturbarla, apoyando el pene erecto entre los labios mayores para seguir acariciándola, lo que da un intenso placer a ambos, que llegan al orgasmo, incluso sin que se produzca penetración", concluye Alicia Gallotti.

lunes, 2 de junio de 2008

El Punto G


Si tu pareja lo logra encontrar y domina su técnica, tu vida sexual habrá cambiado de por vida.
¡Te lo aseguro!
Encontrar el punto G puede ser algo complicado al principio, si no se tiene mucha experiencia pero una vez que se encuentra el lugar y se aprende a dominar la técnica específica de estimulación (que consiste en un movimiento manual con características particulares) se presenciará algo sorprendente en cuanto a la reacción de la compañera.
Ella sentirá una sensación irresistible de orinar, pero muchísimo más fuerte y de manera súbita empezará a derramar un líquido transparente, en forma abundante mientras experimenta fuertes contracciones y un placer nunca antes sentido en esa magnitud, el líquido que brota, si se sigue con la estimulación puede ser eyaculado a grandes distancias por la presión con la que es expulsado (similar a un chorro a presión), en verdad es toda una experiencia límite para la mujer y algo muy satisfactorio para el hombre, es importante destacar que el líquido fluirá mientras la mujer sea estimulada, es decir que el orgasmo en área o punto g , dura mientras a la mujer se le estimule en el punto en cuestión, como es una sensación totalmente invasiva y poderosa, la mujer puede quedar con la sensación de placer local durante un par de días lo que resulta altamente gratificante para ella.

domingo, 1 de junio de 2008

Kama Sutra el libro del placer

Portada de la edición española de Kama Sutra

Contraportada de la edición española de Kama Sutra


Una ilustración interior



Escrito entre los siglos IV y VII, parece que el original sánscrito fue primeramente redactado por Vatsyayana Mallanga, luego completado y redondeado por otros autores.
Bajo el mando de las creencias religiosas y basándose en una ética profundamente estudiada en las relaciones amorosas entre los seres humanos, el Kama Sutra, que se ha calificado como un libro esencialmente erótico, constituye una obra de consulta para todos sobre el arte del bien amar.
En verdad es el libro del arte de amar en toda su dimensión, un tratado acerca del placer y sus variedades, contempla múltiples aspectos para quien se quiera adentrar en las profundidades del arte amatorio, es una búsqueda del placer más allá de los límites de los convencionalismos.



Da rienda suelta a tu imaginación y fantasías con estas posturas que te proponemos:

1. El cartero: La mujer está tumbada sobre la espalda, las nalgas en el borde de la cama. El hombre se encuentra arrodillado en el suelo sobre unos almohadones o de pie y la penetra acariciándole los senos y el clítoris. Esta posición puede hacerse también sin el movimiento de vaivén, la mujer atrae hacia ella a su pareja, envolviéndole con sus piernas entrelazadas. Posición muy excitante: ella siente las pulsaciones de la pelvis y él las contracciones de la vagina.

2. La amazona: El hombre se encuentra cómodamente sentado sobre una silla. La mujer se monta a horcajadas sobre él. Mientras que ella hace movimientos de vaivén, él le mordisquea los senos y guía los movimientos con sus manos. Esta posición es original y estimulante.

3. La adoración: Ella a cuatro patas apoyada cómodamente sobre sus antebrazos. Él, de rodillas la penetra por detrás. Esta postura clásica resulta muy placentera para los dos. En efecto, permite un penetración profunda que estimula las paredes de la vagina y el punto G de la mujer, además él puede acariciar al mismo tiempo el pecho y el clítoris de su pareja. Esta postura procura igualmente al hombre un punto de vista muy excitante, permitiéndole satisfacer sus fantasías de dominación. Algunas mujeres se pueden sentir un poco humilladas con esa postura. A otras puede producirles dolor.

4. La libélula: Ambos tendidos de costado, en un lugar cómodo y flexible, como la cama. Ella de espaldas a él, los cuerpos amoldados... En un alarde de destreza, la mujer pasa su pierna externa flexionada abriendo la puerta al placer: el hombre la penetra haciendo palanca con la pierna de ella, que se apoya en la cadera de él. Los secretos que el hombre puede propiciarle a su compañera por la cercanía de su oreja son el condimento perfecto para alcanzar el máximo de placer. La penetración llega hasta la mitad del camino, por lo que el goce viene de la mano del deseo de que se haga profunda y estalle en el orgasmo más excitante.

5. La profunda: Esta es una posición de penetración total, de allí su nombre. Con las piernas elevadas y abiertas, ella aguarda a que su compañero introduzca el pene en su vagina para calzar sus piernas en los hombros de él, que apoyará sus manos para regular el movimiento. A muchas mujeres puede parecerles complicada, incómoda o dolorosa la visualización de esta postura, pero vale la pena probarla porque ofrece la penetración absoluta y un contacto genital único: los testículos se posan suavemente entre los glúteos y el clítoris se encuentra presionado por la abertura de las piernas. La dificultad para besarse y la distancia de los rostros pueden ser ampliamente excitantes para ambos.

6. La postura más acrobática: No apta para cuerpos entumecidos, esta posición puede parecer incómoda, pero si la flexibilidad lo permite puede resultar muy excitante. El se acuesta relajado y erecto. Ella se coloca de espaldas a él, se hace penetrar, flexiona sus rodillas y se inclina hacia atrás, lentamente para que el pene no se salga de la vagina. Para activar el movimiento necesario para el coito, ella debe levantar su vientre y relajarlo sobre el de su compañero. Él tiene fácil acceso al clítoris y los pechos de su compañera. Ella no puede estar más cargada de ocupaciones, con lo cual no tiene más que relajar el resto del cuerpo hasta acabar más cansada que nunca, lo que hace más excitante el orgasmo. Según el Kama Sutra muchas de estas posiciones están tomadas del hatha yoga, por lo cual pueden resultar difíciles para los no iniciados.

7. La hamaca: El hombre está sentado (preferentemente en una superficie dura, no la cama), con las piernas flexionadas y se toma la parte posterior de sus rodillas. De esta manera, recibe a la mujer que se hace penetrar acomodándose en el espacio que queda entre las piernas de él y su tronco. El presiona con las rodillas el cuerpo de su compañera, la atrae hacia el suyo provocando el vaivén de ambos mientras, por ejemplo, le besa los pechos que están a la altura de su rostro. Una sensación única que recuerda el tierno ir y venir de las hamacas de la infancia.

8. El sometido: El hombre se acuesta cómodamente entregando su placer a la voluntad de su compañera. Aprovechar este juego de sometimiento masculino puede ser un estimulante total para ambos: el encuentro puede empezar con caricias y besos de ella a él, que permanece siempre en la misma posición, para terminar en la penetración profunda que permite la posición, donde ella se coloca de espaldas y controla los movimientos ayudándose de los brazos. Muy erótico para el hombre resulta que ella asome su rostro por sobre su hombro. Además, el hombre tiene un fácil acceso al ano y los glúteos de su compañera, quien puede disminuir la velocidad de los movimientos para disfrutar del estímulo anal o de que su pareja toque sus pechos.

9. La somnolienta: La mujer se tiende de costado y el hombre se ubica en su espalda para penetrarla. Ella estira una pierna hacia atrás y la enrosca en la cintura de él. Ideal para hombres dotados y mujeres flexibles, "la somnolienta" cumple varios anhelos de las mentes fantasiosas: en primer lugar, que ella esté de espaldas a él, y al mismo tiempo acceda a su rostro y cuello. Además, que él tenga cómodo acceso al clítoris y los pechos de su compañera. La apertura de la pierna posterior de ella para recibir al pene y el abrazo de esa misma pierna alrededor del compañero es quizás lo más sexy de esta postura. Anímate!

10. La catapulta: Elevar las caderas, en el caso de las mujeres, es una valiosa fuente de placer, ya que pone en contacto con el cuerpo del hombre áreas de su cuerpo que, en posiciones más tradicionales, no se tocan. En este caso, el hombre se arrodilla y recibe la vagina de su compañera dejando que ella apoye los glúteos en sus muslos. La mujer puede extender sus piernas en el torso del varón o flexionarlas apoyando las plantas de los pies en su pecho. El hombre tiene fácil llegada al clítoris, por lo que puede estimular la zona con las manos y mirar la vagina en primer plano. El ritmo lo marcan juntos, acorde al deseo de ambos y a la flexibilidad de la mujer.
11. El cangrejo: la mujer se acuesta de costado y abre las piernas, el hombre se acuesta sobre su espalda en sentido opuesto a ella, osea mirando sus pies y hace la misma operacion el hombre pasa sus piernas entre las de la mujer y la penetra en esa posicion, ambos abrazan a su pareja con las piernas y se mueven simultaneamente, es muy placentero.